Obispo Samuel Valverde
ÁRBOLES DE JUSTICIA
Desde mi juventud empecé usando este concepto de árboles de justicia para dar estudios bíblicos a amigos conocidos.
Hace más de treinta años daba este estudio en servilletas, en los restaurantes, en cuadernos, en hojas sueltas, en taxis y donde me encontrara una audiencia cautiva. En una ocasión lo compartí dibujando las ilustraciones en la tierra debajo de un árbol. No sea rían, ambas mujeres se convirtieron al Señor; actualmente una es esposa de pastor.
En el año 1991, el Señor me concedió el privilegio de escribir este estudio bíblico.
Inicialmente, el propósito fue movilizar a los hombres, al varón de la iglesia, a que se portará varonilmente, o como el Andrés de la Biblia, cuyo nombre significa “varonil”.
LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE
Hemos actualizado las gráficas, colores y diseño para una presentación más contemporánea.Hemos insertado una lección titulada “Justificación por Fe.” Esta fue colocada entre la lección del Hombre Natural y el Hombre Nacido de Nuevo, para enfatizar aún más la enorme gracia de Dios hacia el hombre pecador.
Hemos cambiado la versión de la Reina-Valera Revisada 1960 (RV60) a la Reina-Valera Actualizada 2015 (RV2015), que es una versión de más fácil lenguaje y, por ende, más amena a los no convertidos, al mismo tiempo que es fiel a la respetada traducción Reina-Valera.
CONTENIDO DE ÁRBOLES DE JUSTICIA
Básicamente, este estudio es una vista panorámica de las etapas por las cuales pasa el hombre conforme la Palabra de Dios trata con él. Utilizamos un árbol para ilustrar estas distintas etapas. Lo siguiente es un breve bosquejo de cada lección:
ABRAMOS LA BIBLIA
Esta lección introductoria es para personas que conocen poco o nada de la Palabra de Dios. Se explica la infalibilidad y la importancia de la Palabra, como también las divisiones de la Biblia. Además, se explica Isaías 61:1-3 paso a paso.
EL HOMBRE NATURAL
Se basa en 1 Corintios 2:14 y Gálatas 5:19-21. Esta lección define bíblicamente al hombre natural y sus características que demuestran el fruto que la persona produce en el estado pecaminoso en que por naturaleza se encuentra. Su propósito es demostrar que todos somos pecadores y necesitamos a un Salvador.
LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE
Somos salvos por gracia mediante la fe en Cristo Jesús. Esta lección define lo que es ser justificados por la fe y describe cómo, mediante esa justificación, tenemos entrada al terreno de la gracia de Dios, en donde podemos continuar con el proceso de la salvación.
EL HOMBRE ARREPENTIDO
Aquí vemos los efectos de la poderosa Palabra de Dios cuando un pecador genuinamente cree en Jesús. Cuando la persona ve su verdadera condición ante Dios, no queda otra opción aparte de arrepentirse y abrazar la cruz.
EL HOMBRE NACIDO DE NUEVO I
En esta lección examinaremos el diálogo que tuvo Jesús con Nicodemo (Juan 3). El nacer de nuevo a través del bautismo en agua en el nombre del Señor Jesús queda firmemente establecido.
EL HOMBRE NACIDO DE NUEVO II
Continuamos con el tema de la necesidad de nacer de nuevo. Aquí abordamos la necesidad de nacer del Espíritu, según lo que Jesús dijo a Nicodemo.
EL HOMBRE CARNAL O VENCEDOR
El hombre carnal
Si el hombre nuevo no aprende a caminar en el Espíritu, puede convertirse en un hombre carnal. Después de que se agota la novedad de la conversión, o si es motivado únicamente por la emoción, los deseos del hombre natural (de la carne) pueden volver a brotar y ahogar su crecimiento espiritual.
El hombre vencedor
Entre tanto que el hombre nacido de nuevo aprende a caminar en el Espíritu y “cortar” los malos deseos de la carne, él vencerá la carne y será guiado por el Espíritu. Esta lección ofrece ayuda en cómo establecer una buena disciplina cristiana.
EL HOMBRE REPROBADO O ESPIRITUAL
El hombre reprobado
Si el hombre continúa en condición carnal, llegará a ser un hombre reprobado. Aunque no profundizamos en este punto de estudio, los candidatos deberán saber que la salvación se puede perder.
El hombre Espiritual
Conforme el hombre vencedor se fortalece por la Palabra, con el tiempo llegará a ser un hombre espiritual. Esta es la meta que Dios ha determinado para la vida de cada creyente para que pueda ser usado en la expansión del reino, entre tanto que produce el fruto del espíritu.